<p style="text-align:justify">Por: Paola Papaleo, Editora General AmeriCArne <p style="text-align:justify">Fotos: pxhere <p style="text-align:justify">Los ingredientes funcionales son aquellos que, adem&aacute;s de nutrirnos, tienen un plus al incorporar ingredientes que mejoran la salud o previenen alg&uacute;n tipo de enfermedad. &ldquo; <p style="text-align:justify">No solo proveen macronutrientes como hidratos de carbono, prote&iacute;nas o grasas, sino que tienen agregados como fibras alimentarias o probi&oacute;ticos&rdquo;, dice la Mgt. Marcela Leal, Directora de Carrera Licenciatura en Nutrici&oacute;n de la Universidad Maim&oacute;nides. <p style="text-align:justify">El consumidor, cada vez m&aacute;s exigente, prefiere alimentos: sin conservantes qu&iacute;micos, solo ingredientes naturales, sin al&eacute;rgenos, libres de GMO, bajos en grasas, bajos en az&uacute;car y bajos en sal. Pero, a su vez, que tengan alg&uacute;n beneficio para su salud cardiovascular, intestinal o cognitiva, por ejemplo. As&iacute;, &ldquo;la industria c&aacute;rnica -dice la Lic. Victoria Castelli, gerente t&eacute;cnico de Granotec Argentina- no puede quedarse afuera de esta tendencia y tiene que responder frente a un consumidor que busca un producto con buen perfil nutricional, sensorial y tiene en cuenta la sustentabilidad&rdquo;. Durante los &uacute;ltimos 3 a&ntilde;os, en Argentina se lanzaron 84 nuevos productos en lo que se refiere a sustitutos c&aacute;rnicos y 81 en la subcategor&iacute;a de c&aacute;rnicos vacunos y porcinos. En este sentido, podemos encontrar embutidos, fiambres y hamburguesas fortificados con vitaminas y minerales, entre otros. <p style="text-align:justify">Desarrollo de productos c&aacute;rnicos funcionales <p style="text-align:justify">El proceso de optimizaci&oacute;n de ingredientes funcionales puede realizarse para favorecer la presencia de compuestos beneficiosos y/o limitar la de aquellos otros con efectos negativos. Su implementaci&oacute;n se puede llevar a cabo de tres maneras*: Pr&aacute;cticas de producci&oacute;n animal: existen varias estrategias para inducir cambios (in vivo) en diferentes constituyentes de la carne, si bien para ejercer tal opci&oacute;n los compuestos deber&iacute;an cumplir dos requisitos esenciales: por un lado tener una actividad funcional demostrada y por otro que su contenido sea modificable en los tejidos de los animales. Entre tales compuestos se encuentran los l&iacute;pidos (para condicionar grado de engrasamiento, perfil de &aacute;cidos grasos o contenido en colesterol), vitaminas y minerales. Los cambios m&aacute;s relevantes se han centrado en la reducci&oacute;n del contenido en grasa y en la mejora de su perfil lip&iacute;dico de los tejidos animales. Como resultado, se han obtenido productos con mayor contenido en AGMI, AGPI, incluyendo el CLA y con menor presencia de colesterol. De igual modo actuaciones diet&eacute;ticas han permitido incrementar la concentraci&oacute;n en los tejidos de vitamina E y minerales como selenio, magnesio o hierro. Estrategias gen&eacute;ticas basadas en pr&aacute;cticas de selecci&oacute;n y entrecruzamiento complementadas por los avances en la informaci&oacute;n gen&eacute;tica, han posibilitado la reducci&oacute;n del contenido en grasa de las canales. La modificaci&oacute;n gen&eacute;tica de los animales de abasto y la producci&oacute;n de carne in vitro abre nuevas perspectivas para condicionar la presencia de compuestos bioactivos en estos materiales. &nbsp; Procesos de reformulaci&oacute;n: la forma m&aacute;s vers&aacute;til de modificar la composici&oacute;n de los derivados c&aacute;rnicos surge de la amplia oportunidad de introducir cambios en los ingredientes (c&aacute;rnicos y no c&aacute;rnicos) utilizados en su elaboraci&oacute;n. Esto puede emplearse para reducir, eliminar, incrementar y/o reemplazar una amplia variedad de ingredientes bioactivos de car&aacute;cter ex&oacute;geno o end&oacute;geno. Dado que algunos componentes (naturalmente presentes o no) de la carne y sus derivados se han asociado con el desarrollo de ciertas enfermedades, su reducci&oacute;n ha sido estimada de inter&eacute;s. Este es el caso del contenido en grasa, AGS, &aacute;cidos grasos trans, valor energ&eacute;tico, presencia de colesterol, al&eacute;rgenos, sodio, nitritos, entre otros. Complementariamente se han desarrollado productos en los que se incorporan ingredientes con efecto beneficiosos (prote&iacute;nas, n-3 PUFA, fibra, probi&oacute;ticos, antioxidantes, minerales, etc.). Estas sustancias se pueden adicionar de manera directa e intencionada o como constituyente de algunos ingredientes (extractos, harinas, concentrados, homogeneizados, etc.) empleados con distintos prop&oacute;sitos. La mayor&iacute;a de tales ingredientes (habituales o no) son de origen vegetal (nuez, avena, soja, algas, trigo, girasol, romero, etc.), estando constituidos por combinaciones complejas de compuestos fitoqu&iacute;micos bioactivos. &nbsp; Condiciones de procesado, conservaci&oacute;n y consumo: diversos factores asociados a las condiciones de procesado, conservaci&oacute;n y consumo pueden afectar de distinta manera a la presencia de compuestos bioactivos en los productos c&aacute;rnicos. Tales cambios pueden suponer un incremento en la densidad de algunas sustancias, disminuci&oacute;n de otras o incluso la formaci&oacute;n de un grupo numeroso que, adem&aacute;s de afectar a las propiedades sensoriales de los alimentos, pueden presentar efectos negativos para la salud. Este es el caso de nitro-saminas, hidrocarburos arom&aacute;ticos polic&iacute;clicos, aminas heteroc&iacute;clicas, aminas bi&oacute;genas, productos de la oxidaci&oacute;n, etc. Adicionalmente, otros cambios pueden producir p&eacute;rdida de biodisponibidad de algunos compuestos bioactivos (taurina, carnosina, coenzima Q10). Por &uacute;ltimo tambi&eacute;n se pueden producir efectos beneficiosos como son por ejemplo los que suponen la generaci&oacute;n de p&eacute;ptidos bioactivos (antihipertensivos, antioxidantes, antifatiga, etc.) o la formaci&oacute;n de CLA. <p style="text-align:justify">En cualquier etapa del proceso que se decida incorporar uno o varios ingredientes funcionales, no hay que perder de vista el inter&eacute;s del consumidor por la composici&oacute;n de un alimento que, adem&aacute;s de sabor, le brinde salud. <p style="text-align:justify">Referencia <p style="text-align:justify">* Alimentos c&aacute;rnicos funcionales: desarrollo y evaluaci&oacute;n de sus propiedades saludables. Bego&ntilde;a Olmedilla-Alonso, Dpto. Metabolismo y Nutrici&oacute;n. Instituto de Ciencia y Tecnolog&iacute;a de Alimentos y Nutrici&oacute;n (ICTAN-CSIC). Madrid. Espa&ntilde;a; y Francisco Jim&eacute;nez-Colmenero, Dpto. de Productos. Instituto de Ciencia y Tecnolog&iacute;a de Alimentos y Nutrici&oacute;n (ICTAN-CSIC). Madrid. Espa&ntilde;a. <p style="text-align:justify">Fuente: Revista AmeriCarne N&ordm; 140